Alice E. Luce, nacida en Gloucester, Inglaterra, dedicó su vida al servicio misionero y al fortalecimiento del movimiento pentecostal. Hija de un pastor anglicano, se convirtió al cristianismo a los 10 años, desarrollando desde temprana edad una profunda pasión por las almas. Estudió teología y enfermería antes de ser enviado en 1896 a la India por la Sociedad Misionera de la Iglesia, donde trabajó en la educación y evangelización de mujeres.
Alice fue pionera en defensora de los principios de la “iglesia indígena”, promoviendo congregaciones autóctonas autosuficientes, gobernadas por creyentes locales. Su ejemplo y enseñanza dejaron un legado imborrable, demostrando que el poder del Espíritu y los métodos apostólicos podían transformar vidas y comunidades.