Andrew Murray, nacido el 9 de mayo de 1828 en Graaff-Reinet, Sudáfrica, dedicó su vida al servicio cristiano. Hijo de un pastor presbiteriano, creció rodeado de fervor espiritual. Sus padres lo enviaron a estudiar a la Universidad de Aberdeen en Escocia y luego a la Universidad de Utrecht en Holanda. A los 16 años, experimentó el nuevo nacimiento, un momento que transformó su vida y vocación.
En 1848, Murray fue ordenado ministro de la Iglesia Reformada de Holanda con tan solo 20 años. Sirvió como pastor en varias iglesias sudafricanas, incluidas Bloemfontein, Worcester, Ciudad del Cabo y Wellington. Durante su ministerio, se enfrentó a un desafío personal en 1879 cuando perdió la voz debido a una infección en la garganta. Sin embargo, recuperó milagrosamente su voz tras un período de oración en Londres.
Esta experiencia reforzó su creencia en los hechos milagrosos del Espíritu Santo como algo vigente en la actualidad. Para Murray, el bautismo del Espíritu Santo podía manifestarse de diversas maneras, desde una renovación espiritual hasta una intensa devoción.
