Dwight Moody, nacido en 1837, enfrentó desde joven desafíos que lo marcaron. Huérfano y trabajador incansable, encontró en la fe cristiana un nuevo rumbo. Tras su conversión, Moody se dedicó a compartir el evangelio, especialmente con jóvenes y marginados. Su pasión lo llevó a fundar diversas instituciones educativas y misiones, dejando una huella imborrable en el mundo evangélico. A pesar de carecer de una formación teológica formal, su carisma y mensajes sencillos lo convirtieron en uno de los evangelistas más influyentes de su época. Dwight L. Moody falleció en 1899, dejando un legado de amor, servicio y compromiso con la causa de Cristo.