Autor: Darrow L. Miller
Editorial: Jucum
La Cosmovisión del Reino de Dios nos capacita para vivir de manera significativa y trascendental. Nos permite superar la mediocridad espiritual y tener un impacto duradero en el mundo. Es hora de adoptar la «mente de Cristo» y vivir según la visión divina para nuestro mundo.
ISBN: 9781576584569
Páginas: 144
Formato: Tapa Rústica
En la actualidad, el mundo cuenta con una gran cantidad de iglesias y cristianos. Sin embargo, nos preguntamos cuál es su verdadero impacto. A pesar del crecimiento numérico, persisten la pobreza y la corrupción en los países en desarrollo que han sido evangelizados. Incluso en el Occidente «cristiano», prevalece la mediocridad moral y espiritual. ¿Por qué ocurre esto? La respuesta radica en la falta de la «mente de Cristo» en muchos creyentes.
Al igual que a los discípulos, la cultura mundana nos moldea de manera inadvertida. Todos tenemos una perspectiva, un conjunto de ideas y suposiciones que influyen en nuestras decisiones y en nuestra forma de vida. Es crucial comprender y adoptar la Cosmovisión del Reino de Dios, que abarca todos los aspectos de nuestra existencia, si deseamos vivir de manera plena y fructífera.
La Cosmovisión del Reino de Dios nos invita a ver el mundo a través de la lente de la Biblia. Nos desafía a vivir conforme a los principios y valores divinos en todas las áreas de nuestra vida: personal, familiar, comunitaria y nacional. Al comprender y abrazar esta cosmovisión, podemos vivir coherentemente con nuestra fe y convertirnos en agentes de transformación en nuestras familias, comunidades y naciones.
Es esencial recordar que vivir de acuerdo con la Cosmovisión del Reino de Dios no solo nos beneficia individualmente, sino que también tiene un impacto poderoso en nuestro entorno. Al vivir de acuerdo con los principios del Reino, podemos ser instrumentos de cambio, extendiendo el amor, la justicia y la esperanza de Cristo a quienes nos rodean.
En resumen, abrazar la Cosmovisión del Reino de Dios nos capacita para vivir de manera significativa y trascendental. Nos permite superar la mediocridad espiritual y tener un impacto duradero en el mundo. Es hora de adoptar la «mente de Cristo» y vivir según la visión divina para nuestro mundo.
